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Imagen tomada de http://ciprogress.files.wordpress.com/2013/04/eco-ladrillos-01.jpg |
Corrimos a preguntar en cuanto restaurante que porfis nos guardaran botellas de Coca-Cola y/o Sprite 2 Litros (no porque sea marquillera, sino porque había que tener un estándar en la forma). Colectamos varias, pero el ritmo de adquisición era demasiado lento con respecto a la meta: 1200 botellas en 1 mes y medio; así que nos fuimos a la mega productora internacional de gaseosa, a pedirles una donación... Esperamos, llamamos, nos dejaron en línea, "que llamáramos mañana", y así hasta que el panorama estaba tan claro que decidimos, con ellos, "dejar así".
Nos fuimos para el Ministerio de Ambiente, a preguntar que dónde habían empresas de reciclaje, pa comprarles botellitas usadas... nos dijeron que fuéramos a la Autoridad Nacional de Administración Ambiental (NEMA, por sus siglas en inglés), y ellos que los llamáramos para acordar una cita para hablar del tema...
Con el tiempo encima, entendimos que aún teniendo el volumen necesitado, no seríamos capaces de conseguir toda la basura que llena esas botellas, así como tampoco rellenarlas: Debíamos trabajar con las 160 que teníamos.
Los niños llenando las botellitas |
Un poquito después, y porque la vida es loca y linda, conocí a un grupo de recicladores de Mathare, el mismo suburbio donde queda la escuela. Estas personas estaban muy interesadas en aprender maneras de hacer crecer su empresa, haciendo algo más con la basura que seleccionarla de tooooda lo que tira el carro recolector, para luego venderla ‘kiliada’.
La primera línea de botellas |
Fue así pues como el 16 de noviembre nos dimos a la tarea de levantar la sillita: La gente de la comunidad días atrás se había estado oponiendo, incluso cobrándonos por construir el primer espacio público para descansar, sobre un terreno que al final de cuentas no le pertenece a nadie.
Con caras de escepticismo, incluso del albañil al que por meses le expliqué la idea, así como del director de la escuela, quien coordinó el trabajo de los niños mientras rellenaban las botellas, iniciamos el trabajo, y a medida que la construcción con evocación piramidal fue siendo más alta, más y más gente se fue acercando para celebrar y aprender.
Llegaron los señores del grupo de reciclaje también, y empezaron a hacer preguntas para replicar la iniciativa, que con mucho interés, los curiosos de la comunidad que rodeaban la construcción escuchaban y discutían.
Mi corazón estaba lleno: Ese día, algo dentro de todos los que participamos cambió.
¿Cuándo va a construir otra?, ¿Puede ir a la ruralidad a enseñarle a los pelados a hacer una vaina de esas?, ¡Eso está muy bueno para yo hacerlo frente a mi casa!, ¡Esa tecnología está muy buena! ¡Uno acá que bota todo al piso y vea las cosas tan fuertes que se pueden hacer!
Tercera de cinco líneas de botellitas: Ya la gente toda metía la mano y opinaba porque sentían la técnica y la construcción como tal, propias. |
El oficial nos recomendó hidratar la banquita dos veces al día, y los niños que viven cerca del sitio serían los encargados, pero ¡vaya sorpresa! que cuando el director de la escuela fue a verificar que se estuviera cumpliendo la misión, la gente de la comunidad (los mismos que estaban en contra y nos hacían temer que por no haber querido pagar por construirles, dañaran la sillita) felizmente se estaban haciendo cargo de cuidarla.
Algunas señoras de la comunidad que me pidieron el favor de tomarles foto en su nuevo sitio de encuentro :) |
En cuanto a los recicladores, luego de una sesión posterior en la que hablamos de otras posibles construcciones con la misma técnica, me contaron con mucha convicción que van a empezar una empresita que venda ladrillos llenos y haga estas construcciones en la ciudad.
Algunos de los recicladores. Esta foto explícitamente fue tomada como compromiso de iniciar la Compañía de EcoLadrillos. |
Al final de todo esto, aprendí una vez más a creer en mí misma y en los demás, me sorprendí de todo lo que se puede lograr cuando nos ponernos de acuerdo y trabajamos duro con los recursos que hay a la mano.
Ellos son mis estudiantes de tercero: Nos tomamos foto grupal gomosiando el sentadero. |
Gracias infinitas a María Adelaida Jaramillo, que con todo su conocimiento y experiencia hizo un soporte increíble a este proyecto (pa que vean alguito de todo lo que ella ya ha hecho en Medellín http://www.elcolombiano.com/BancoConocimiento/V/vivienda_de_ecoladrillos_en_medellin/vivienda_de_ecoladrillos_en_medellin.asp), y a toooodas las personas que se han sumado a esta causa, porque con esos recursos compramos los materiales y pagamos los obreros!
Mucho gusto, con ustedes... ¡¡LA BANQUITA!! |
Increible lo que haces, te admiro. Melissa Gomez Arcila.
ResponderEliminarYou don't even surprise me anymore, I knew you would accomplish all your goals! You are a Bery Bery special soul :)
ResponderEliminarCongrats Gorda.. You desearve all the best!
Miss you! =)
Cris, me di cuenta de tu labor porque un amigo de facebook publicó un enlace del colombiano con tu historia, lo cuál me hizo seguirte hasta tu blog...No puedo dejar de sonreír después de haber leído TODO lo que has plasmado hasta ahora, ver las caras felices de esos niños, de saber que están aprendiendo cosas, que les estás no sólo enseñando lo académico sino también a reír, a tener sueños y esperanzas, eso es algo muy hermoso, por lo tanto te felicito enormemente, espero que todos tus objetivos allá se logren. Esa es una gran labor que no todo el mundo encara con tanto profesionalismo y felicidad. Espero poder seguir leyendo más de tus historias africanas. Un abrazo de una colombiana en Argentina.
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