viernes, 12 de julio de 2013

Montar en bus

¿Una entrada sobre cómo montar en bus?

No es que esta actividad sea nueva para mí estando en Nairobi: en Medellín con el Circular Sur o los Coonatras ya tenemos bastante diversión y adrenalina. Lo novedoso del sistema público de transporte aquí, además de que el manubrio está al lado derecho (y por lo tanto las carreteras funcionan en la dirección opuesta: las primeras semanas siempre fallaba en el lado de la carretera desde donde esperaba vinieran los carros), es que existen Matatus.

Los Matatus tampoco son algo nuevo: son tal cual las camioneticas blancas que nos transportaron a muchos de la casa al colegio y al revés. Lo novedoso es que estos carritos son demasiado populares aquí, y que las emociones fuertes, son un poco más fuertes:

La estación donde tomamos el Matatu para ir a trabajar cada mañana

El tránsito en Nairobi yo no tengo cómo compararlo: Se puede gastar uno 30 minutos en 1 kilómetro porque las luces de los semáforos no le importan demasiado ni a los peatones ni a los conductores, y las glorietas son una cosa tremenda de todos contra todos.... Pero para eso los conductores de matatus saben por ejemplo que las aceras se pueden compartir con los peatones cuando el tráfico lo amerita, que andar en contravía es posible cuando el sentido correcto está muy congestionado; o que 'muy cerca' nunca es 'demasiado cerca' en cuanto a proximidad con edificaciones, otros carros o incluso personas.

La música suena siempre altísimo, y es reggae, hip hop o algo como champeta que no es champeta, o emisoras en las que le preguntan a la gente que cómo reaccionaría si su mujer le pone los cachos, por ejemplo.

Un ejemplo de la banda sonora en el Matatus


El conductor se encarga simplemente de manejar, mientras que una persona se sienta en la parte de los pasajeros para abrir y cerrar la puerta corrediza cada que alguien se quiere bajar, o cada que ve desde la ventana (sacando la mitad de su cuerpo preferiblemente para divisar mejor)  un potencial pasajero.

Montar en Matatus consiste entonces en esperar a que pase uno con capacidad de entrar (en este sí todos van sentados, así sea dos personas en el espacio de una, no como en las buseticas de Caldas a las 6 a.m....) y una vez adentro, 'el ayudante' le toca a uno el hombro para pagar el pasaje, monto que depende de la hora, la ruta y a veces del color de piel.

Si uno se quiere bajar, le toca el hombro al 'ayudante', y él pega a una ventana con una moneda o con la mano a la lata del carro, y ya el conductor entiende que debe frenar; y cuando la gente está lista en la calle, entonces otro golpazo es signo de que debe arrancar. Hablar no es muy importante, aunque no está de más intentar alguna interacción con un Asante Sana (= Gracias Muchas) una vez alcanzado el destino.

Tanto me he acostumbrado a esta rutina, que a veces cuando hay mucho taco y el conductor está tranquilo conversando y no se trepa en alguna parte para salirse de la fila, me cuestiono seriamente sobre la clase de transportador que es, ¡JÁ!

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